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"Cuando el problema NO es el problema: re-definiendo los trastornos psicológicos"


Alguna vez te has preguntado ¿Qué son los trastornos psicológicos y cómo se establecen?


Se nos ha dicho que los trastornos psicológicos son cosas que se establecen en las personas para formar parte de ellas, como enfermedades complejas que han de necesitar un largo proceso para ‘curar’.

“El hombre no tiene una naturaleza sino una historia [...] no es más que un drama [...] Ser humanos consiste en esta elección y en esta inventiva. Cada ser humano es novelista de sí mismo, y aunque puede elegir ser un escritor original o un plagiario, no puede evitar escoger. Está condenado a ser libre".

– José Ortega y Gasset-


Para derribar este mito, comencemos hablando de cómo cada quién construye su propia realidad a través de cómo la describe para sí mismo y los demás. Paul Watzlawick, un famoso psicólogo del siglo XX escribió que: Un optimista es una persona que dice que una botella está medio llena, mientras que un pesimista es una persona que se lamenta de que esté medio vacía; sin embargo, ambas personas se refieren a la misma botella y a la misma cantidad de líquido. La diferencia entre ambas se basa en su visión diferente de la misma realidad, aunque ninguna es más <<correcta>>, más <<sensata>> o más <<adecuada a la realidad>> que la otra.


Desde este punto de vista, todos somos cuenta-cuentos de nuestras experiencias. Creamos las historias sobre lo que nos define a nosotros mismos: ¿Quién soy? ¿Qué papel me corresponde en la sociedad (familia, amigos, relaciones de pareja, etc.)? ¿Cuál es rol que me corresponde según mi género? ¿Qué valores, creencias y costumbres me identifican?, ¿Soy una persona amada por los demás?, ¿Qué tan capaz soy para X actividad?, etc.


[“El lenguaje que utilizamos,

nos utiliza”]

– L. Wittengstein -



Esto es lo que algunos han llamado “El mito personal”, es decir: nuestra identidad contada en palabras. Así, cuando nos presentamos ante alguien siempre le contamos nuestra historia y también le pedimos que nos cuente la suya. Pero las historias que nos decimos (y que revelamos a otros) no son completas, sino que son sólo una selección, más o menos significativa de experiencias de vida que narran significados "coherentes" con las situaciones.


Aquí es donde todo se pone interesante, pues, es cierto que las personas somos activas en seleccionar partes de la experiencia para crear nuestra propia realidad, pero también es verdad que construimos nuestras historias dentro de una sociedad que nos pone ciertas restricciones (ideas, tradiciones, costumbres, creencias, religiones, contexto político-económico, etc.) que limitan nuestra posibilidad de elegir determinados contextos para incluirlos en la historia, determinando así la forma en que las contamos.

Así, hay quienes que pueden elegir contarse historias que hablan de capacidades, fortalezas, riqueza de experiencias y “optimismo”. Sin embargo, también hay quienes recurren a narraciones de disfuncionalidad, incapacidad, pobreza de experiencias y “pesimismo”. En ambos casos, las restricciones jugaron un papel importante. La dificultad está en el hecho de que, una vez que la persona se ha apropiado de una historia para definirse, generalmente esta se convierte en un tema fijo y repetitivo que se dice una y otra vez a pesar de que las circunstancias cambian constantemente. Esto ya es importante y puede generar muchos problemas, ya que las narrativas no solo reflejan nuestra vivencia, sino que prácticamente la constituyen. Podemos numerar varios ejemplos:


[“Todas las verdades

son verdades a medias”]

-Alfred Whitehead-


  • Una persona ejecutiva que considera que tiene pocas capacidades para obtener un mejor puesto, de modo que se repite a sí mismo(a), una y otra vez, que un puesto más alto no corresponde con su nivel de capacidad ni con su historia de vida en general porque tal vez proviene de una familia de pocos recursos. Finalmente terminará actuando de tal forma que los demás crean que en realidad no tiene el talento ni capacidad. Este tipo de casos es muy conocido para los consultores en imagen pública, quienes hacen alusión mediante su frase: "hay que vestir siempre para el trabajo que quieres y no para el que tienes".

  • Un adolescente que se considera poco interesante y evita las reuniones sociales porque tiene miedo a que lo rechacen. A final de cuentas terminará por aislarse y ser excluido, pero no porque en verdad es poco interesante, sino porque la historia que les contó a los demás terminó siendo realidad: “Soy poco interesante y merezco estar solo”.


["Todos ven lo que tú aparentas;

pocos advierten lo que eres."]

-Nicolás Maquiavelo-


  • Un tercer ejemplo es el de una persona que se culpa a sí misma de la reciente ruptura con su pareja y cree que, de no haber actuado de la forma en la que lo hizo, aún estarían juntos. Así, Selecciona en su mente todas las cosas que hizo mal durante la relación, se las cuenta una y otra vez al grado en que está tan absorbida por estas ideas que cae en una depresión severa que le impide funcionar en su trabajo, con sus amistades y con sus familiares. Esta situación le aleja finalmente de los otros y para él o ella esto resulta la mejor evidencia de 'lo mala persona' que es.

  • Como último ejemplo, está el niño a quien le diagnosticaron Trastorno por Déficit de Atención con hiperactividad (TDAH). Al enterarse, su profesor le presta más consideración y lo corrige a menudo, cuando parece que ha dejado de prestar atención. Sus compañeros de clase lo etiquetan de 'revoltoso' y lo molestan. En casa, los padres lo 'hiper-vigilan' , se enfadan con él y lo regañan para evitar que exprese su 'hiperactividad'; además lo envían a actividades planeadas para mejorar su atención pero que al niño le desagradan. Llega el momento en el que el niño está TAN ENFADADO y confundido que comienza a hacer rabietas, desobedece, se aísla y prefiere prestar atención a cosas que lo hacen sentir en paz. Para su mala suerte, al hacerlo, las personas no pueden más que confirmar el diagnóstico de TDAH, POR LO QUE SE ESFUERZAN AÚN MÁS EN CORREGIRLO.

[“La realidad no es más que la construcción

de aquellos que creen haberla descubierto y analizado”]

-Von Foerster -

Las historias de arriba, son ejemplos muy resumidos de lo que las personas cuentan al acudir por ayuda en clínicas de atención especializada, sin embargo, reflejan claramente el hecho de que las realidades construidas a través de la selección de las historias que nos definen, tienen un gran impacto en la aparición de dificultades reales en la vida.


Esto no significa que todos los problemas sean producto de cómo construimos nuestra realidad. De hecho, parecería muy simplista decir que lo que nos sucede depende de cómo nos contamos la historia, sin embargo, debemos reconocer el hecho de que la única elección que tenemos ante las situaciones de nuestra vida no es el hecho concreto (que ya pasó), sino la manera en la que respondemos ante tales situaciones.


Tratemos el punto definiendo con mayor claridad qué es un problema:


  • Los problemas, son 'dificultades’ o molestias que caracterizan a la vida cotidiana y que se han establecido de forma más o menos permanente en la experiencia de las personas. Las personas le llamamos problemas porque obstruyen nuestras metas e impiden nuestro bienestar (por ejemplo: Discutir con frecuencia con personas, bajas notas en la escuela, pobre desempeño laboral, no poder arrancar el coche, etc.).


Ahora, vamos a ampliar la definición sobre los 'problemas' y al mismo tiempo ayudar a comprender cómo es que la interpretación que hacemos de las cosas puede tener un gran impacto sobre nuestra realidad, hablemos pues, del concepto de TRANSTORNO PSICOLÓGICO:


  • Un trastorno no es más que una serie de intentos recurrentes para superar un problema, acompañada de una dificultad para cambiar la percepción de la situación. Una molestia tras otra pasa a ser la misma molestia repetidas veces.


[“¿Qué es pues la verdad? [...] en resumen, es un conjunto de relaciones humanas que han sido poética y retóricamente adornadas, y que tras un largo periodo de uso, parecen sólidas, canónicas y vinculantes”]

– Friederich Nietzsche-


En otras palabras, un trastorno es la perpetuación de una dificultad, resultante de una realidad construida por uno mismo en un contexto. El problema verdadero no es la dificultad en sí misma, sino el hecho de que, para muchas personas, la repetición prolongada de una conducta puede etiquetarse como ‘anormal’ o ‘patológica’, y esta etiqueta, como en los ejemplos que vimos, llega a formar parte de un nuevo mito personal, incrementando la potencia del problema y perpetuando su aparición (“Ahora no sólo tengo dificultades, sino que soy un depresivo/bipolar/obsesivo/ TDAH, etc.). Así, el problema no se define por su origen, sino por el mecanismo que lo hace persistir .


Y aunque no hay duda de que, en el caso de situaciones particularmente graves, la realidad externa es un factor de gran importancia, la gran mayoría de los problemas y trastornos psicológicos humanos se refieren sólo a la 'realidad' con la que los interpretamos. Todos conocemos casos de tragedia en los que, sin embargo, para los protagonistas de estas historias las dificultades percibidas poco tiempo después parecen ser mínimas e incluso son capaces de utilizar su experiencia para generar un propósito mayor de vida (Si no, aquí te dejo 2 ejemplos: El 1° es el Dr. 'Viktor Frankl' un sobreviviente de los campos de concentración Nazi y padre de la logoterapia; el 2° 'Sebastian Corona' un hombre viudo cuya historia debes escuchar [Da click sobre sus nombres]).



[“No nos relacionamos con la vida ‘misma’

sino con nuestra comprensión de la vida”]

-Tom Andersen-


La buena noticia es que, si los problemas surgen de la repetición permanente de experiencias donde es difícil ver otra perspectiva, se pueden también eliminar mediante la construcción de realidades alternativas que eliminen la naturaleza del mismo.

Parece una tarea difícil, ya que cuanto más establecidas están nuestras estrategias para resolver una dificultad (basadas en la historia previamente construida), más resistente parece el cambio . Sin embargo, debes saber que es posible construir nuevas historias o re-interpretar las que ya existen desde puntos de vista diferentes. Esto es análogo a un trabajo de edición que se hace para una novela, en el que el editor escoge elementos de la historia y añade otros que cuenten mejor la historia (una historia que se ajuste más a las nuevas situaciones de la vida). Incluso la más mínima edición puede tener un gran impacto en la historia final.


Este trabajo de re-edición, se puede lograr en un ambiente psicoterapéutico, donde los clientes pueden co-construir, junto con el terapeuta, historias alternativas a sus problemas hasta llegar a sentir un ajuste a la realidad externa, mediante nuevos significados para sus dificultades. Esto se traducirá en nuevas y diferentes experiencias emocionales y de conducta que originarán la superación de lo que antes se consideraba un problema.


También implica el uso de técnicas específicas centradas en el diálogo y en experiencias emocionales que facilitan la percepción de un cambio y la visión de alternativas, sin imponer la realidad del terapeuta, más bien, proponiendo una nueva manera de narrar la realidad y de vivirla. Es decir, la psicoterapia se adapta al problema particular del cliente, convirtiéndose en una herramienta específica que ataca las dificultades desde su propia lógica y con sus propios elementos.


Por estas razones la psicoterapia resulta un método muy eficaz para el tratamiento de ‘trastornos’ simples y complejos, muchas veces incluso, resultando más eficaz que la medicación (por ejemplo: en algunos casos de alteración en los estados de ánimo, pensamientos recurrentes, fobias, ansiedades, entre otros).


-David Hernández-

Psic., M. en C. y Psicoterapeuta

davidpsicoterapia@hotmail.com



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