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La verdadera identidad de los problemas psicológicos. Una mirada desde la Psicología.

En esta ocasión hablaré sobre el problema de entender los problemas psicológicos y sobre cómo la utilización del modelo médico para abordarlo ha resultado poco útil e incluso dañino.


Comenzaré relatando una anécdota personal:


Hace algunos años, trabajaba como asistente de investigación en un laboratorio de farmacología conductual. En ese laboratorio se estudiaban los diversos sistemas de neurotransmisión (las sustancias químicas del cerebro) y el impacto que tiene sobre la conducta alterar estos sistemas. En aquellos días, el equipo de trabajo nos reuníamos a discutir diversas investigaciones al respecto de cómo el uso de psico-fármacos puede ayudarnos a manipular y entender la conducta. Recuerdo que en una ocasión, después de discutir un poco sobre el tema de la serotonina y su relación con los estados emocionales, lancé una pregunta a una de mis compañeras: -"Oye, entiendo que los niveles de serotonina se ven alterados cuando una persona está deprimida, pero… y ¿por qué se se alteran?- Su respuesta giró en torno a toda una serie de mecanismos y procesos de las células que tienen como fin la disminución del nivel de serotonina. No obstante, esa no era la respuesta que yo buscaba, así que le repliqué: -“¿Sí, sí, pero… ¿qué activa todos esos mecanismos?, es decir… ¿por qué en condiciones específicas como un duelo o un evento que se experimenta como muy triste, algunas personas se deprimen? ¿cómo sabe su cerebro si debe deprimirse o no?- La respuesta que obtuve fue algo como: “No tengo la menor idea, eso sí que no se ha estudiado mucho, haces preguntas muy difíciles”. A partir de ese día, me he dedicado a buscar respuestas desde la psicología.


Aquella experiencia me hizo reflexionar profundamente sobre ¿Qué estamos haciendo mal en el campo de la salud mental?.


["Tenemos la tentación de atribuirle los malos comportamientos a las características de las personas y NO a los problemas del contexto"]

-Arturo Bouzas-


Una respuesta que me he dedicado a investigar implica entender que, todavía el día de hoy, el problema de los problemas psicológicos se ha abordado desde una lógica incorrecta (si algo hemos aprendido en la vida, es que el destino al que lleguemos dependerá del camino que tomemos). En la actualidad muchas personas asumirían que la causa única de una alteración psicológica es inequívocamente: una alteración específica del cerebro, o de la mente, es decir algo que está dentro de la persona. Esta idea tiene su raíz en la filosofía de un dualismo que asume que el cuerpo y la mente son dos entidades separadas y de distinta naturaleza y al empleo de una lógica lineal que se reduce a proposiciones del tipo: A determina a B y B a su vez a C, etc., en ese único orden. Por eso es fácil sugerir que es el cerebro o la mente lo que afecta la conducta, en esa única dirección aparente. Sin embargo, debemos entender que la conducta afecta en el mismo grado al cerebro ya que las diferentes experiencias, pensamientos y estados emocionales son, en sí mismas y al mismo tiempo, alteraciones de procesos en el entorno y en el organismo.


Desde esta perspectiva podemos esperar también que un desorden psicológico se origine a partir de las conductas, los pensamientos y las emociones experimentadas por una persona al interactuar con el mundo. Es decir que, sin darse cuenta, la persona se involucre de forma repetida en interacciones que dirijan a conductas, pensamientos y estados emotivos que a lo largo del tiempo se adaptan hacia un nuevo estado de funcionamiento (que ocasionalmente origina dificultades para quien trata de adaptarse a un medio cambiante).


Visto con estos nuevos lentes, el problema es un proceso interactivo y no una entidad (No es algo que se posa sobre las personas para producirle efectos incómodos) y no es resultado de un des-orden, sino un re-ordenamiento del sistema general de interacciones organismo-ambiente. Hablamos entonces de una lógica circular de proceso donde : [A determina B, B determina C , pero C también determina A, B también puede determinar A y A puede determinar a D y viceversa, etc.] Nota: Algunas condiciones médicas o genéticas pueden aumentar la probabilidad de que aparezca un problema de orden psicológico, pero aún en estos casos, el componente del ''proceso'' ejerce toda su influencia en el mantenimiento y desarrollo de los síntomas.

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La idea simplista de la alteración como una 'cosa' que origina el problema, se ajusta muy bien al modelo médico moderno, pero no a un modelo psicológico de funcionamiento. Desafortunadamente, muchos profesionales de la salud mental asumen el modelo médico-farmacológico como el estándar de oro para realizar sus intervenciones.


  • Pensemos por un momento lo siguiente- Se presenta a consulta médica una persona que ha tenido ciertos síntomas específicos: dolor de garganta, temperatura elevada, dolor muscular, tos y flujo nasal abundante. El médico realiza un examen y reconoce los signos de una infección: Enrojecimiento de la garganta, amígdalas hinchadas y rojas con brotes de pus y parches blancos e inflamación de los ganglios en la parte delantera del cuello. El diagnóstico es claro, una infección por estreptococo; el siguiente paso: hacer un análisis confirmatorio mediante un exudado para analizar el tipo de bacteria alojada y finalmente recetar el antibiótico adecuado. Este caso hace fácil ver cómo una enfermedad puede reconocerse por el agente patógeno que está causando los síntomas, y por el amplio conocimiento de que un sistema inmunitario sobre-reactivo genera los síntomas típicos de una infección en su intento por eliminar a las bacterias del cuerpo.

  • Ahora tomemos el siguiente caso: Se presenta a consulta médica una persona quejándose por pérdida de interés en su vida cotidiana, una sensación constante de tristeza, insomnio, pérdida del apetito, fatiga y pensamientos de culpa e inutilidad la mayor parte del tiempo. Estos síntomas le han causado malestar desde hace ya dos meses, pero no había querido asistir a consulta debido a que estaba muy desmotivad@ y su evidente cansancio le ha impedido casi cualquier actividad. En este caso, el médico hará uso de los conocimientos vertidos en un manual clasificatorio de los trastornos mentales (que no proporciona sugerencias sobre cómo funciona el problema o sobre cómo debe ser resuelto) y ubicará rápidamente estos síntomas dentro de la categoría de un alteración del estado de ánimo con la etiqueta de un 'estado depresión mayor'. Apoyándose además en una evaluación de la severidad de los síntomas, iniciará un tratamiento farmacológico dirigido a re-establecer los niveles de serotonina (que "deberían" estar alterados) y así corregir el defecto. El problema es que, al haber procedido de esta forma, se habrá recetado un medicamento para eliminar una "enfermedad” de la cual se desconoce su origen específico. En este ejemplo el médico desconoce, pero asume (porque no ha hecho mediciones), que su paciente tiene una alteración en el nivel de serotonina en su sistema nervioso y, aunque esto fuera cierto, desconoce la magnitud de la alteración y el lugar específico (la serotonina se distribuye ampliamente en el cuerpo humano), además ignora cualquier otro factor que pudiera ser el causante de la respuesta depresiva de su paciente (factores contextuales). Lo único que se sabe, es que sus síntomas pueden clasificarse (desde un sistema categórico médico convencional) como una depresión.


["Un verbo incluye una acción o un proceso en desarrollo, esto se pierde si se nominaliza y se convierte en un sustantivo estático. Las condiciones médicas son ejemplos interesantes de nominalizaciones" ]




A diferencia de la medicina, la labor de la psicología es estudiar el proceso que conduce a la aparición de un problema psicológico. Una vez lograda esta meta, busca promover una alteración específica sobre el proceso descubierto, con el fin de generar un cambio y amplificarlo posteriormente. Por esta razón cada intervención representará algo original.


["A fin de entender cómo funciona un proceso hay que crear un cambio y observar sus efectos variables y sus nuevas dinámicas"]


Reconocer que los problemas psicológicos NO son entidades cuyo diagnóstico es fijo, es un enorme paso para generar diferentes caminos hacia su resolución, además de que elimina el estigma originado en la categorización de las personas dentro de una condición que desde luego no existe en términos absolutos, sino sólo como evidencia de un proceso interactivo. Esta idea tendría que llevarnos a la distinción de que un médico, que se especializa en tratar enfermedades, trabajará con clientes que por cuestiones históricas serán llamados 'pacientes' ( ya que este concepto se asocia con la enfermedad), mientras que un Psico-Terapeuta estará siempre frente a 'clientes', ya que aborda los problemas desde una perspectiva psicológica que piensa en el trastorno como algo distinto de una enfermedad.



["Si el problema es el proceso, la solución se encuentra en el contexto en el que se produce y no dentro de la persona".]


Debe entenderse que diferentes personas hacen de forma diferente sus problemas psicológicos- Es decir: el proceso que les lleva a desarrollar su problema tiene una lógica única, gestada en las características propias de la persona y su contexto. Para el ejemplo particular que se describe arriba, el uso de un fármaco para su abordaje podría ayudar a alterar el sistema nervioso del cliente, llevándolo a un estado distinto de funcionamiento, pero con el riesgo de producir cambios inespecíficos o ninguna alteración útil.


En cambio, el uso de procedimientos dirigidos a des-estructurar el proceso (conductas, emociones, experiencias), aunque suene paradójico, resulta una forma más específica de tratamiento ya que hace uso de las propiedades naturales del sistema para re-establecerse a sí mismo, como si de recorrer el proceso en reversa se tratara.


Así, por ejemplo, ante una depresión se podrá investigar qué es lo que la persona hace específicamente que le ha llevado a producir una depresión (ejemplo: Pensar mucho sobre una situación específica, catastrofizar lo que le sucede, centrarse en los elementos negativos de su experiencia y omitir los positivos, realizar menos actividades placenteras, aislarse de sus seres significativos, evitar realizar actividades que le causaban placer o actividades en lo general, encerrarse en una habitación para pensar en su situación problema, etc.), o qué de su contexto propicia la aparición de dichas conductas. En este caso, la labor del psicólogo será abordar el problema proponiendo estrategias que resulten en la desestructuración del proceso depresivo. La misma lógica aplicará para los demás tipos de problemas psicológicos.




La psicología ha desarrollado infinidad de estrategias que abordan los trastornos psicológicos desde la perspectiva de un proceso. Se han definido por ejemplo, estrategias cognitivas para el manejo de pensamientos, estrategias experienciales que re-crean estados emocionales, herramientas corporales que originan estados fisiológicos particulares, tareas conductuales que distorsionan la inercia comportamental establecida, estrategias imaginativas que re-estructuran la narrativa actual sobre el problema (la propia conversación estructurada también lo logra con mucha efectividad), ejercicios de atención plena y meditación que producen cambios en el estado del organismo (mayor relajación, incremento de la memoria, incremento de la capacidad de atención, reducción de la respuesta de estrés, incremento en los niveles de felicidad, etc.), herramientas psico-fisiológicas para evaluar las variables biológicas alteradas por procesos mentales, hipnosis para activar y re-procesar recursos o habilidades no percibidos u olvidadas, etc., etc., etc. Es la labor de un especialista en psicoterapia el construir un tratamiento específico basado en la evidencia científica y en función del problema particular.



["El mejor promotor del cambio...es tu comportamiento"] -Lara Boyd-



Los procedimientos anteriores tienen la ventaja de ofrecer alternativas que se ajusten al problema individual en contraposición a una categorización general del problema, además de que no causan efectos secundarios y hacen uso del conocimiento, habilidades y recursos propios de la persona en cuestión (hablando en términos del proceso biológico: se propiciará la producción de estados biológicos previamente experimentados por la persona, cuando el problema no existía, que al re-producirse en el tiempo, normalizarán la función del sistema desde una lógica propia). La investigación clínica actual ha dado soporte a estas ideas.


De modo que, si has considerado un tratamiento médico para un problema orgánico que propicie el desarrollo de un problema de orden psicológico (Psiquiatra), no dudes también en consultar a un especialista en Psicología y Psicoterapia, ya que la mejor decisión de tratamiento será tomada en conjunto entre ambos especialistas.


Recuerda siempre que: "La psicoterapia es una experiencia que cambia realidades".


Artículo relacionado:


-David Hernández-

Psic., M. en C., Psicoterapeuta

davidpsicoterapia@hotmail.com

**Actualización: Si tienes curiosidad acerca del origen de la teoría química de los desordenes psicológicos, te invito a leer estas publicaciones recientes para abrir el debate:


Leo J. y Lacasse J. (2007) "The media and the chemical imbalance theory of depression". Springer. disponible en línea aquí.


Goldhill Olivia (2017) "30 years after Prozac arrived, we stil buy the lie that chemical imbalances cause depression". Quartz magazine. publicado en línea aquí el 29 de diciembre del 2017.




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